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UC - Entrevistas

Pasó fugazmente por Hollywood y decidió que eso no era para ella, convirtiéndose así en la excepcionalidad del sueño del actor y en abanderada del cine francés. Aunque esa, dice Emmanuelle Béart (Saint-Tropez, 1963) nunca fue su intención. Lo que pasa es que Francia la mima, como mima el cine. Sobre eso, y sobre la comparativa que podemos ver en España hemos hablado con la actriz con motivo de la presentación de ‘Los ojos amarillos de los cocodrilos’, adaptación del popular best-seller que se ha convertido en película.

Filmografía destacada: 'El viaje del capitán Fracassa' (1990), 'La Bella Mentirosa' (1991), 'En la Boca No' (1991), 'Un Corazón en Invierno' (1992), 'El Infierno' (1994), 'Nelly y el Sr. Arnaud' (1995), 'Los amores de una mujer francesa' (1995), 'Misión Imposible' (1996), 'El tiempo recobrado' (1999), 'Los Destinos Sentimentales' (2000), '8 Mujeres' (2002), 'Fugitivos' (2003), 'La historia de Marie y Julien' (2003), 'Nathalie X' (2003), 'El Infierno' (2005),'Los Testigos' (2007), 'Les amours perdues' (2011), 'Bye Bye Blondie' (2011).


‘No elegí ser abanderada del cine francés.’


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Los ojos amarillos de los cocodrilos viene precedido del éxito de la novela de Catherine Pancol. ¿Habías leído el libro antes?

Me leí el libro primero, y luego el guión. Pero mi base ha sido el guión. No puedo decir que me sintiera identificada con mi personaje, pero lo que me gustó es el retrato de familia que hace: el padre, la madre, las hijas, el amante… todos son fisuras muy bien descritas.

-No obstante te has labrado muy buenas críticas con un personaje que, a priori, podría parecer ingrato y antipático, pero que lo acabas convirtiendo en algo cándido. Háblanos de él.

Iris no es boba, es muy lúcida, consciente y manipuladora, y al final se desarma neurológicamente. Ella se ha estructurado en la influencia de la madre. Entiendo a las hermanas de la película y como han evolucionado, una criada en las apariencias (mi personaje) y la otra en la inferioridad (el de Julie Depardieu). Como actor solo tengo que dar testimonio de lo que sucede y no tengo porqué hablar si es bueno o malo… pero claro, si no hay un conflicto no interesa.

-El conflicto moral que plantea puede extrapolarse a muchas situaciones, robar una identidad, anular a un ser querido, y tu personaje juega con la ventaja de la belleza. ¿Pero hasta que qué punto puede convertirse en una desventaja? ¿Has conocido situaciones así?

La belleza no creo que eso sea la problemática, es más difícil construirse intelectualmente, porque el personaje que se construye neurológicamente ante el espectador es el que más va a abrirse a él. Creo que el trabajo de los actores es una adaptación al director, saber que siente sobre los personajes y cómo los quiere abordar. Con Julie (Depardieu) tengo una fraternidad y es muy sencillo, muy divertida y muy poética. Tenemos en común esa facilidad para estar presentes y ausentes al mismo tiempo mientras trabajamos.

-Usted viene de un país con un mimo especial por su cine, pero ¿cómo ve el cine español en la actual situación de crisis? ¿Cree que de algún modo puede favorecer la aparición de otras películas menores?

La crisis económica ha provocado una amputación y una serie de recortes en los presupuestos culturales… y eso el cine lo sufre. Es verdad que el sistema de financiación francés es único y que es muy difícil de encontrar en otro lado. Pero bueno, el problema no sólo son las grandes superproducciones, si no el cine de audiencias, esas grandes comedias que también dificultan que viva el cine de autor. No sé como va a sobrevivir el cine europeo… cuando aterricé en España me dio la sensación de que lo único que había en la cartelera era ‘Noé’ viendo el aeropuerto lleno de carteles, pero también me he enterado de que tenéis una comedia de gran éxito (‘Ocho apellidos vascos’)… supongo que no hay que desesperarse, si no animarse a militar en nuestro cine. No es que haya que rechazar la macdonalización… si no intentar que coexistan.

-Al hilo de lo que dice, y habiendo trabajado usted también en grandes superproducciones americanas… entiendo que ha sido una decisión premeditada que en los últimos años haya preferido trabajar en Francia.

Yo no he elegido ser abanderada del cine francés… de hecho ni siquiera tengo sangre francesa (mis padres son de Rusia y grecomalteses) pero cuando aterricé en el cine de Hollywood es cierto que no me veía reflejada en ese sistema… y en Francia siempre me mimaron y me cuidaron mucho, me sentía muy a gusto trabajando en el cine y en el teatro, en los escenarios de hecho, puedo volver a sentirme anónima incluso con compañías donde no hay estrellas.

Entrevista realizada por Manu Cabrera.